La facilidad de aprendizaje de lenguas me llevó a los estudios de traducción. Después de trabajar por cuenta ajena donde “el tiempo es oro” a veces en detrimento de la calidad, lo risqué todo y empecé un proyecto por cuenta propia. Esta decisión me ha permitido comprender mejor el sentido de aquél refrán; me llevó a desarrollar estrategias que intentan responder a las necesidades de ahorro de tiempo y dinero del cliente, sin poner en causa la calidad del servicio final cuyo objetivo es comunicar en el mismo tono de su público destinatario.
¿Pero, por qué acudir a un traductor?
Normalmente, y tras mucha conversación con empresarios, la razón principal para no acudir a un traductor es porque “Hace tiempo, acudí a un traductor (¿o alguien que decía serlo?) para traducir un catálogo y todo se terminó mal. Él/ella no comprendía nada del tema y además de pagar por el servicio, mi secretaria tuvo que rehacerlo todo… ¡Una vez fue suficiente!”.
Facto: hay personas que por haber vivido en el extranjero creen saber / poder hacer traducciones. Además de algunas – buenas excepciones, que sí, las hay – vivir afuera no es bastante para aprender lo suficiente para hacer una traducción. Esta actividad requiere conocimientos de la estructura de la lengua, de la gramática, de sus refranes… Hay aún algunas personas que lo hacen como forma de ganarse un sobresueldo sin cualquier preocupación por la calidad o por la exactitud.
Para mejor ilustrar lo que hace un traductor, veamos el ejemplo de un ingeniero de diseño…
El traductor conoce gramáticas, diccionarios, prontuarios, libros / sitios internet, averigua el vocabulario más utilizado en el área del saber que está traduciendo, entre otras competencias, para desarrollar su actividad.
El traductor habla con el cliente para comprender el objetivo de la traducción, analiza el texto para conocerlo e intenta saber quién es el público destinatario del mensaje.
El traductor traduce el texto y de acuerdo con el público destinatario, adapta el mensaje, haciendo los cambios necesarios. Al final, “llover a mares” es lo mismo que “raining cats and dogs” (llueven gatos y perros [sic]) o “il tombe des hallebardes” (se caen alabardas [sic]) o aún “chover a cântaros”.
El traductor tiene formación específica.
En Portugal, el traductor está sujeto al Notario, para las traducciones certificadas porque no hay una entidad que autorice a los traductores a utilizar un sello para autocertificar sus traducciones.
El ingeniero de diseño (ID) conoce la legislación, los reglamentos y sitios internet, hace cálculos, entre otras competencias, para desarrollar su actividad.
El ID habla con el cliente para descubrir lo que necesita, se va al lugar para estudiarlo y/o para conocer la obra.
El ID hace el proyecto, sigue la obra, hace correcciones / ajustamientos si necesario.
El ID tiene formación especializada.
El ID está sujeto a entidades que certifican su trabajo – entidades públicas (derechos, permisos).
¿Cómo lo hago yo?
En diálogo con el cliente, y dependiendo de la dimensión del proyecto, organizo un procedimiento simple que implica una organización por etapas del trabajo, estableciendo y cumpliendo con las prioridades. Al final, ni todo es siempre necesario para ayer…
No se quede rehén de una mala experiencia. Si le gustaría experimentar, clique aquí y hable con nosotros.
Lenguas de trabajo
Español, Francés, Inglés y Portugués
Tipos de documentos
Múltiples y variados documentos
Certificación de Traducciones
Traducción certificada para diferentes situaciones legales
Condiciones de realización
Todos los trabajos son hechos de forma confidencial